CRIANZA POSITIVA
Criando niños seguros y felices
Cómo mejorar la relación con mis hijos
Muchas veces nos hacemos la pregunta “¿cómo llegué hasta acá? “ “yo me llevaba bien con mi hijo y después no supe como tratarlo” o “ la única interacción que tengo con ellos es para retarlos”
Buscamos tener una buena relación con nuestros hijos e hijas, conversar de sus cosas, que nos demuestren cariño y buscar su obediencia sin necesidad de pelear. Pero para eso, necesitamos que aprendan de nosotros y sigan nuestro ejemplo, ya que al final los niños logran aprender gracias a la observación.
Es muy importante para poder poner límites tener una buena relación con tus hijos, de confianza, respeto y amor. Todos queremos a nuestros hijos y tratamos de hacerlo de la mejor manera, pero a veces, no se nos ocurre cómo manejar la situación.
De la forma en que nosotros, sus padres, nos relacionamos con ellos, es la manera en que nuestros hijos e hijas se relacionarán con el mundo. Si nosotros somos respetuosos y cariñosos, así actuaran con el resto de las personas de por vida (hermanos, compañeros, profesores, etc).
¿Cómo hago para mejorar mi relación con mis hij@s?
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Demostrar afecto: los niños y niñas necesitan de mucho afecto, y qué mejor que recibirlos de los que ellos más quieren, sus padres. Diles que los quieres, demuéstrales el cariño de la forma en que a ambos le acomode, quizá con abrazos, cosquillas y besos.
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Tratarlos con cariño: fíjate cómo les hablas a tus hijos, ¿lo haces con un tono amable, cariñoso? A veces los hijos son los que reciben nuestra peor faceta, porque llegamos cansados del trabajo y se nos acaba la paciencia, pero ellos son los que merecen lo mejor de nosotros mismos.
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Conversar con ellos: Si sólo nos contestan con monosílabas las preguntas que le hacemos, es porque quizás no les hemos enseñado a conversar. Mostrémosles cómo se hace, cuéntales tus experiencias, cómo te fue en el día, de la manera que te gustarían que ellos te contaran. Busca temas que sean interesante para los dos, por ejemplo, de fútbol, autos, de las princesas o de sus amigas. Fíjate en las preguntas que haces, una buena idea es preguntar “¿Qué fue lo mejor que te pasó durante tu día?”, a que “¿Cómo te fue hoy?”, la cual lleva a la simple respuesta: “bien”.
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Dedicarle tiempo de calidad: repasemos qué hacemos cuando estamos con los niños, ¿les doy de mi atención? ¿Hacemos cosas entretenidas? No tienen porque ser costosas, si no que puede ser ir a la plaza, hacer un pic nic, cocinar en familia o leer un cuento en la noche. Con breves momentos cada día, en que puedes entrar y salir del juego, los niños sienten que sus papás estan presentes. El estar disponible, en vez de decirles continuamente “un minuto”, hace que el niño o niña sienta que sus papás estan ahí para ayudarlos, conversar y que pueden contar con ellos.
Hacemos todo por ellos, trabajar para darles un techo, una mejor educación y no les falte nada, pero lo que ellos más necesitan es a nosotros, su papá y mamá. Por eso es el momento para preguntarnos: ¿Qué cambio necesito para fortalecer mi relación con ellos?